Estas evaluaciones permiten a las organizaciones conocer las condiciones físicas y médicas de los colaboradores.
Los exámenes médicos ocupacionales (EMO) permiten el diagnóstico oportuno de alguna condición o enfermedad que pudiese estar relacionada actividades laborales. Son de gran importancia para la salud y desempeño del colaborador, asegurando que cuente con aptitudes físicas necesarias para un trabajo
Según la Oficina Internacional de Trabajo (OIT), estos avances han generado la creación de nuevos riesgos, haciendo que el número de enfermedades y accidentes relacionados al trabajo mantenga cifras elevadas. Para evitarlos, es necesario que las organizaciones lleven a cabo los llamados exámenes médicos ocupaciones.
Existen dos tipos de exámenes médicos ocupacionales: evaluaciones del estado de salud y evaluaciones de riesgo para la salud de los colaboradores.
La primera corresponde a la evaluación médica de la salud de los trabajadores antes de que se les asignen tareas específicas que puedan entrañar un peligro para su salud o para la de los demás.
La segunda evaluación corresponde a las evaluaciones cualitativas y cuantitativas de los agentes o factores de riesgo de naturaleza físico, químico y biológicos. Así como evaluaciones específicas, para los factores de riesgos psicosociales relacionadas con las características y el rol del trabajo, y con la organización del trabajo.
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La lluvia y las inundaciones pueden transmitir enfermedades como micosis, hepatitis, leptospirosis, y por esto se debe evitar entrar en contacto con el agua, especialmente durante el período de inundaciones.
Las enfermedades transmitidas por la lluvia o inundaciones son más frecuentes en lugares que no tienen mucho saneamiento, lo cual favorece la presencia de virus, bacterias, parásitos y animales que pueden ser transportadores de estos microorganismos. De esta forma, las principales enfermedades que pueden transmitirse cuando se entra en contacto con el agua de lluvia o de una inundación son:
Leptospirosis
La leptospirosis es una enfermedad infecciosa causada por la bacteria Leptospira que se transmite por el contacto con las heces y la orina de animales contagiados, principalmente ratones. Por lo que en situación de lluvia o inundaciones, la orina y las heces contaminadas por las bacterias pueden esparcirse fácilmente y alcanzar las mucosas o las heridas presentes en la piel de las personas, ocurriendo el contagio.
Cólera
El cólera es una enfermedad infecciosa intestinal causada por la ingestión de la bacteria Vibrio cholerae que puede encontrarse en agua y comida contaminada con heces de personas o animales que posean la bacteria. Por lo que esta enfermedad es más común que ocurra en ambientes que no tienen agua potable o un sistema de saneamiento básico efectivo, favoreciendo el contagio por esta bacteria en épocas de lluvia.
Paludismo
El paludismo o también conocido como malaria, es una enfermedad común en lugares de clima cálido y su incidencia aumenta en épocas de lluvia. Esto puede ocurrir debido a la acumulación de agua en algunos lugares después de la lluvia, lo que favorece la proliferación del mosquito.
Micosis
La micosis es una enfermedad de la piel causada por los hongos, pudiendo aparecer después de períodos de lluvia debido a que hay mayor humedad. Los hongos normalmente proliferan en ambientes con mucha humedad y poco limpios. Por lo que cuando se utiliza zapatos con medias durante la lluvia, es probable que si el pie no se seca correctamente, el hongo se desarrolle.
Toxoplasmosis
La toxoplasmosis es una enfermedad infecciosa causada por el parásito Toxoplasma gondii, que puede transmitirse a través de la ingestión de alimentos contaminados por este parásito, del consumo de leche no pasteurizada, transfusión sanguínea o transmisión vertical, que es cuando la embarazada adquiere la enfermedad y no realiza el tratamiento correcto, transmitiéndole la infección al bebé.
En períodos de lluvia, los casos de esta enfermedad pueden aumentar debido a que es más fácil que el parásito se esparza y entre en contacto con el agua y los alimentos contaminándolos.
Fiebre Tifoidea
La fiebre tifoidea es una enfermedad infecciosa causada por la bacteria Salmonella typhi, la cual puede encontrarse en ambientes con pocas condiciones de saneamiento y de higiene. La transmisión de la fiebre tifoidea ocurre por medio de la ingestión de agua y alimentos contaminados con la bacteria, o por el contacto directo con una persona portadora de la enfermedad.
Hepatitis
Algunos tipos de hepatitis pueden ser transmitidos en época de lluvia, principalmente el virus de la Hepatitis A. La transmisión de ese tipo de hepatitis ocurre por medio de la ingestión de agua o alimentos contaminados con el virus, o a través del contacto con heces de personas contagiadas con el virus.
Este tipo de hepatitis es común en lugares con condiciones precarias de higiene y saneamiento básico, lo que hace más fácil que el virus se propague en épocas de lluvia.
Cómo evitar las enfermedades provocadas por las inundaciones
Para evitar estas enfermedades se recomienda no entrar en contacto con el agua de las inundaciones, y se debe lavar con cloro todo lo que estuvo en contacto con el agua contaminada para matar todos los microorganismos nocivos.
Es necesario utilizar repelente durante los días siguientes a las lluvias o a las inundaciones, sólo se debe beber agua potable que sea tratada con un poco de cloro o filtrada, y se debe evitar la ingestión de alimentos que hayan estado en contacto con el agua sucia de la inundación.
Ciertas situaciones de la vida requieren atención médica inmediata y una fracción de segundo de retraso puede cambiar drásticamente la vida de alguien. El servicio de ambulancias y los paramédicos son muy importantes en la sociedad, ya que salvan cientos de vidas a diario respondiendo a las llamadas de emergencia. Funcionan desde estaciones de ambulancias situadas en diversas zonas con centros de control que responden a las llamadas de emergencia y las envían cuando es necesario. Tanto si el paciente se encuentra en zonas rurales, como en concurridos balnearios o grandes aglomeraciones urbanas, llegan al lugar de la emergencia a los pocos minutos de la llamada.
La tripulación del servicio de ambulancias de emergencia incluye un técnico y un paramédico. Una vez que los paramédicos llegan al lugar de la emergencia, evalúan la situación y el estado del accidentado y deciden si lo llevan al hospital o sólo lo atienden allí. Una de las funciones importantes del personal de la ambulancia es estabilizar y tratar a los pacientes rápidamente para evitar cualquier percance antes de que el paciente llegue al hospital.
Proporcionan una atención inmediata y eficaz para salvar vidas en un entorno de trabajo seguro y clínico con la máxima movilidad. Están bien formados en técnicas de primeros auxilios para poder hacer frente a hemorragias profusas, lesiones por aplastamiento y caída, paros cardíacos, accidentes de tráfico y mucho más.
En épocas anteriores se utilizaban para transportar a los pacientes después de que el médico o la brigada de salvamento del cuerpo de bomberos les aplicaran unos simples primeros auxilios. La mayoría de las veces el paciente viajaba solo, pero en algunos casos el médico iba en la ambulancia. Hoy en día, las ambulancias tienen una gran variedad de formas y tamaños y están equipadas con una enorme gama de máquinas esenciales para las emergencias prehospitalarias, como desfibriladores cardíacos, goteros intravenosos, férulas, oxígeno, medicamentos y mucho más. Todas las ambulancias llevan instaladas radios. Muchas veces las ambulancias también transportan a pacientes no urgentes que pueden ser trasladados a otro hospital o centro de tratamiento.
En algunos casos, los pacientes pueden ser transportados en una ambulancia aérea, que es básicamente una aeronave especialmente diseñada para proporcionar asistencia médica de emergencia en situaciones médicas críticas. Una ambulancia aérea se utiliza cuando el paciente tiene que ser transportado a través de una larga distancia o terreno o si el paciente tiene que ser transportado rápidamente a un centro de tratamiento. Las ambulancias aéreas están equipadas con equipos básicos como monitores de ECG, ventiladores, medicamentos y camillas.
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La viruela del mono es una enfermedad que ha ido cobrando mayor relevancia debido a su rápida presencia en diversos países del mundo y por presentarse dentro de un contexto sanitario tan complejo como lo es el COVID 19. Sin embargo, según los especialistas de Cleveland Clinic afirman que no hay razón para entrar en pánico porque las infecciones de viruela símica son poco frecuentes. Recientemente se ha visto un aumento en ubicaciones y poblaciones limitadas, pero el riesgo para la comunidad sigue siendo bajo.
Según el Ministerio de Salud (Minsa) hasta la fecha existen 92 casos reportados, de los cuales cinco ya recibieron alta médica. Si bien las cifras de contagios en el territorio peruano no son tan altas como en otros países, eso no significa que no debemos estar alerta frente a un posible contagio
Por ello, Cleveland Clinic, brinda algunos datos importantes que te permitirá conocer el comportamiento de esta enfermedad y cómo actuar frente a un caso positivo.
¿Cómo se transmite la Viruela del Mono?
Para que exista un contagio se requiere contacto cercano, ya sea de forma directa con la persona infectada u objetos utilizados por la misma. Por lo que esta se puede llevar a cabo mediante:
El contacto directo con el sarpullido o las lesiones dérmicas de un paciente infectado.
Contacto sexual íntimo con una persona infectada.
Fluidos corporales, como las gotas respiratorias grandes, que se pueden detener con el uso de mascarillas quirúrgicas. En este caso, se requiere contacto cercano cara a cara prolongado para la transmisión.
Tener contacto con sábanas o prendas de vestir que hayan sido infectadas con el virus.
Rasguños, mordeduras o consumo de carnes infectadas.
Síntomas de la Viruela del Mono:
Los síntomas de la viruela del mono suelen tener una duración de dos a cuatro semanas aproximadamente y estos son:
Erupciones dérmicas que inician en el rostro y evolucionan hasta convertirse en costras, las cuales tienden a permanecer una semana.
Luego de que estas caen la persona deja de ser contagiosa
Dolores de cabeza
Fiebres y escalofríos
Dolores musculares
Dolor de espalda
Inflamación de los ganglios linfáticos
Tos y dolor de garganta
Malestar general en el cuerpo
¿Cuál es el tratamiento?
Si bien aún no existe un tipo de tratamiento en específico para esta enfermedad, esta se puede controlar a través del aislamiento, evitar rascar las lesiones en la piel y uso de medicamentos antirretrovirales que deben ser recomendados por un especialista.
Prevención
Teniendo conocimiento de las causas de esta enfermedad, es importante tomar ciertas precauciones para prevenir un contagio. Para ello, te recomendamos evitar el contacto con materiales infectados o erupciones en la piel, usar preservativos, mantener una excelente higiene, lavarse las manos de manera constante y usar la mascarilla en lugares públicos. En caso dar positivo se recomienda un aislamiento durante 21 días
¿Qué hacer si sospecho estar contagiado?
Si cree que se encuentra infectado con la viruela del mono debe:
Comenzar con su aislamiento para evitar contagiar a más personas.
Comunicarse con un laboratorio o centro médico, que pueden realizarle la prueba de descarte del virus de viruela símica.
Realizarse la prueba PCR para conocer si se encuentra infectado.
No olvide tener en cuenta todos estos aspectos mencionados y sobre todo continuar acatando las medidas que los profesionales de la salud dicten a lo largo del desarrollo de esta enfermedad.
Protegerse de las bajas temperaturas sin consumir demasiada energía y mediante una serie de hábitos saludables, es posible. Ahora que pasamos la ola de frío típica de cada periodo invernal, es necesario protegerse con unos cuidados que os presentamos a continuación.
El frío afecta a nuestro organismo de diferentes maneras. Quizá, desde el punto de vista de la salud, el efecto del frío más conocido sea la bajada de defensas. De esta manera, el riesgo de afecciones como la gripe se incrementa en la población general, mereciendo una especial atención en los grupos de riesgo.
Protegerse frente a la gripe
En estas fechas aumentan los casos de gripe. Sin embargo, existen maneras eficaces para ayudar a protegerse o bien pasar el proceso gripal con las menores consecuencias. Entre los grupos de riesgo se encuentran las personas mayores de 65 años, personas que padecen enfermedades que comprometen el sistema inmune o las vías respiratorias, recién nacidos, mujeres embarazadas y personas que sufren trastornos neurológicos. Para todos ellos, el Ministerio de Sanidad proporciona vacunas de manera gratuita que constituyen la medida más eficaz para prevenir la gripe y sus complicaciones.
Alimentación y deporte
La dieta es uno de los factores que más influyen en nuestra salud. Incluir frutas y verduras de temporada en nuestro patrón de alimentación nos aporta numerosas vitaminas y minerales que ayudan a la función del sistema inmune. Asimismo, los caldos, infusiones y tés calientes nos mantendrán hidratados, contribuyendo a entrar en calor.
Al practicar cualquier actividad física, no abrigarse en exceso, usar un calzado antideslizante que prevenga las caídas, y protegerse las orejas y las manos, son algunos consejos que ayudarán a adaptarse a los cambios invernales.
Protegerse en casa
Calentar la casa con la bajada de temperaturas supone una importante parte del gasto energético del hogar. Por ello, conviene recordar una serie de hábitos para estar de manera confortable sin derrochar energía:
La temperatura recomendada es de 19 a 21 ºC durante el día, y algo más baja durante la noche.
Conseguir un adecuado aislamiento, evitando que se pierda calor por puertas y ventanas.
Calentar por zonas: el hábito de cerrar puertas de estancias en las que no estamos, genera un calentamiento más eficiente.
El uso de mantas: por ejemplo, cuando estamos en el sofá leyendo o de tertulia tras una comida. Emplear mantas ayuda a no perder temperatura corporal y materiales como la lana aíslan del frío y absorben parte de la humedad sin transmitirla al cuerpo.
Protegerse fuera de casa
En la medida de lo posible:
Evitar exposiciones prolongadas a las bajas temperaturas, así como cambios bruscos de temperatura.
Cubrir la cabeza y las manos. Utilizar varias capas, mejor que una prenda gruesa. Proteger bien los pies del frío y la humedad.
El color de la ropa también influye al captar mejor el calor a través de la luz solar, los colores oscuros absorben más el calor que los claros.
En definitiva, hay muchas maneras de protegerse del frío mediante unos sencillos hábitos que, además de permitirnos ahorrar energía, nos ayudarán a disfrutar del invierno.
Trabajar en la prevención y no en la cura siempre será la mejor idea, pero si el daño ya está hecho, consumir ciertos alimentos, ayudará a desinflamar.
El hígado graso se presenta con frecuencia en muchas personas y puede generar diferentes síntomas que le quitan el bienestar a las mismas, pues pueden aparecer por ejemplo, fatiga, debilidad, náuseas o pérdida del apetito, entre otros.
Pero en temas de salud, hay que ser más precisos, pues se trata de una enfermedad que incluye una variedad de afecciones hepáticas.
Algunos de los síntomas que puede presentar una persona con hígado graso son: sentirse cansada o tener malestar abdominal leve, en casos más avanzados, según Msd Manuals, el hígado graso causa enfermedad hepática avanzada, como fibrosis y cirrosis.
Para confirmar el diagnóstico puede ser necesario realizar una biopsia hepática que permite, además, determinar la causa y la extensión de la lesión, que debe ser realizada en un centro médico.
Para confirmar el diagnóstico puede ser necesario realizar una biopsia hepática que permite, además, determinar la causa y la extensión de la lesión, igualmente acudiendo al médico.
El médico se centra en el control o la eliminación de la causa del hígado graso, como el síndrome metabólico o el consumo de grandes cantidades de alcohol.
Ante esto, es importante conocer que hay ciertos alimentos que pueden incluirse en la dieta diaria ayudando a desinflamarlo para evitar dolores y malestares y gozar así, de buena salud. Tal como asegura el sitio web Aarp.
La dieta ideal es la mediterránea
La mayoría de los estudios científicos revela que si se padece de hígado graso, la dieta ideal para es la mediterránea, pues es rica en grasas así como en omega-3 y baja en carbohidratos.
Esta incluye en las comidas alimentos como: aceite de oliva, nueces, frutas, verduras, legumbres y pescado. Además se debe evitar la carne roja y los panes, pastas, pasteles, dulces y chocolates. En caso de consumirse vino, debe hacerse con gran moderación. De igual manera hay que evitar cierto tipo de bebidas alcohólicas.
Contrario a ideas que podrían concebirse, según estudios, se sabe que el consumo de café reduce la acumulación de grasa en el hígado y ejerce un efecto protector contra el cáncer de hígado al disminuir la inflamación y el estrés oxidativo de las células, afirma Aarp.
Además, por su parte, Tua Saude, recomienda consumir estos alimentos:
Frutas frescas y naturales, como manzana, pera, piña, durazno, papaya, fresas, mandarina, naranja, limón, ciruela y guanábana;
Vegetales frescos, como calabacín, rúcula, espinacas, berenjena, lechuga, tomate, cebolla, zanahoria y berro;
Cereales integrales, como arroz integral, pan integral, pasta integral, quinoa y avena en hojuelas;
Proteínas con poca grasa, como huevos, tofu, pollo y pescados de carne blanca;
Leche y derivados con poca grasa, como leche y yogur descremados, y quesos blancos como requesón (ricota) y cottage.