viruela del mono
Todo sobre la Viruela del Mono

¿Qué es?

La viruela del mono es una enfermedad que ha ido cobrando mayor relevancia debido a su rápida presencia en diversos países del mundo y por presentarse dentro de un contexto sanitario tan complejo como lo es el COVID 19. Sin embargo, según los especialistas de Cleveland Clinic afirman que no hay razón para entrar en pánico porque las infecciones de viruela símica son poco frecuentes. Recientemente se ha visto un aumento en ubicaciones y poblaciones limitadas, pero el riesgo para la comunidad sigue siendo bajo.

Según el Ministerio de Salud (Minsa) hasta la fecha existen 92 casos reportados, de los cuales cinco ya recibieron alta médica. Si bien las cifras de contagios en el territorio peruano no son tan altas como en otros países, eso no significa que no debemos estar alerta frente a un posible contagio

Por ello, Cleveland Clinic, brinda algunos datos importantes que te permitirá conocer el comportamiento de esta enfermedad y cómo actuar frente a un caso positivo.

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¿Cómo se transmite la Viruela del Mono?

Para que exista un contagio se requiere contacto cercano, ya sea de forma directa con la persona infectada u objetos utilizados por la misma. Por lo que esta se puede llevar a cabo mediante:

  • El contacto directo con el sarpullido o las lesiones dérmicas de un paciente infectado.
  • Contacto sexual íntimo con una persona infectada.
  • Fluidos corporales, como las gotas respiratorias grandes, que se pueden detener con el uso de mascarillas quirúrgicas. En este caso, se requiere contacto cercano cara a cara prolongado para la transmisión.
  • Tener contacto con sábanas o prendas de vestir que hayan sido infectadas con el virus.
  • Rasguños, mordeduras o consumo de carnes infectadas.

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Síntomas de la Viruela del Mono:
Los síntomas de la viruela del mono suelen tener una duración de dos a cuatro semanas aproximadamente y estos son:

  • Erupciones dérmicas que inician en el rostro y evolucionan hasta convertirse en costras, las cuales tienden a permanecer una semana.
  • Luego de que estas caen la persona deja de ser contagiosa
  • Dolores de cabeza
  • Fiebres y escalofríos
  • Dolores musculares
  • Dolor de espalda
  • Inflamación de los ganglios linfáticos
  • Tos y dolor de garganta
  • Malestar general en el cuerpo

¿Cuál es el tratamiento?
Si bien aún no existe un tipo de tratamiento en específico para esta enfermedad, esta se puede controlar a través del aislamiento, evitar rascar las lesiones en la piel y uso de medicamentos antirretrovirales que deben ser recomendados por un especialista.

Prevención
Teniendo conocimiento de las causas de esta enfermedad, es importante tomar ciertas precauciones para prevenir un contagio. Para ello, te recomendamos evitar el contacto con materiales infectados o erupciones en la piel, usar preservativos, mantener una excelente higiene, lavarse las manos de manera constante y usar la mascarilla en lugares públicos. En caso dar positivo se recomienda un aislamiento durante 21 días

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¿Qué hacer si sospecho estar contagiado?
Si cree que se encuentra infectado con la viruela del mono debe:

  • Comenzar con su aislamiento para evitar contagiar a más personas.
  • Comunicarse con un laboratorio o centro médico, que pueden realizarle la prueba de descarte del virus de viruela símica.
  • Realizarse la prueba PCR para conocer si se encuentra infectado.

No olvide tener en cuenta todos estos aspectos mencionados y sobre todo continuar acatando las medidas que los profesionales de la salud dicten a lo largo del desarrollo de esta enfermedad.

frio Piura clínica
Cuidados y hábitos a tener en cuenta en épocas de frío

Protegerse de las bajas temperaturas sin consumir demasiada energía y mediante una serie de hábitos saludables, es posible. Ahora que pasamos la ola de frío típica de cada periodo invernal, es necesario protegerse con unos cuidados que os presentamos a continuación.

El frío afecta a nuestro organismo de diferentes maneras. Quizá, desde el punto de vista de la salud, el efecto del frío más conocido sea la bajada de defensas. De esta manera, el riesgo de afecciones como la gripe se incrementa en la población general, mereciendo una especial atención en los grupos de riesgo.

Protegerse frente a la gripe
En estas fechas aumentan los casos de gripe. Sin embargo, existen maneras eficaces para ayudar a protegerse o bien pasar el proceso gripal con las menores consecuencias. Entre los grupos de riesgo se encuentran las personas mayores de 65 años, personas que padecen enfermedades que comprometen el sistema inmune o las vías respiratorias, recién nacidos, mujeres embarazadas y personas que sufren trastornos neurológicos. Para todos ellos, el Ministerio de Sanidad proporciona vacunas de manera gratuita que constituyen la medida más eficaz para prevenir la gripe y sus complicaciones.

Alimentación y deporte
La dieta es uno de los factores que más influyen en nuestra salud. Incluir frutas y verduras de temporada en nuestro patrón de alimentación nos aporta numerosas vitaminas y minerales que ayudan a la función del sistema inmune. Asimismo, los caldos, infusiones y tés calientes nos mantendrán hidratados, contribuyendo a entrar en calor.

Al practicar cualquier actividad física, no abrigarse en exceso, usar un calzado antideslizante que prevenga las caídas, y protegerse las orejas y las manos, son algunos consejos que ayudarán a adaptarse a los cambios invernales.

Protegerse en casa
Calentar la casa con la bajada de temperaturas supone una importante parte del gasto energético del hogar. Por ello, conviene recordar una serie de hábitos para estar de manera confortable sin derrochar energía:

  • La temperatura recomendada es de 19 a 21 ºC durante el día, y algo más baja durante la noche.
  • Conseguir un adecuado aislamiento, evitando que se pierda calor por puertas y ventanas.
  • Calentar por zonas: el hábito de cerrar puertas de estancias en las que no estamos, genera un calentamiento más eficiente.
  • El uso de mantas: por ejemplo, cuando estamos en el sofá leyendo o de tertulia tras una comida. Emplear mantas ayuda a no perder temperatura corporal y materiales como la lana aíslan del frío y absorben parte de la humedad sin transmitirla al cuerpo.

Protegerse fuera de casa
En la medida de lo posible:

  • Evitar exposiciones prolongadas a las bajas temperaturas, así como cambios bruscos de temperatura.
  • Cubrir la cabeza y las manos. Utilizar varias capas, mejor que una prenda gruesa. Proteger bien los pies del frío y la humedad.
  • El color de la ropa también influye al captar mejor el calor a través de la luz solar, los colores oscuros absorben más el calor que los claros.

En definitiva, hay muchas maneras de protegerse del frío mediante unos sencillos hábitos que, además de permitirnos ahorrar energía, nos ayudarán a disfrutar del invierno.

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